24.8.09

"No existe desgarramiento del tejido social que no produzca
simultáneamente algún modo de desgarramiento del tejido subjetivo,
y ningún hombre pueda salir indemne de la encerrona en la que
se encuentra cuando debe optar de modo excluyente entre supervivencia
o su dignidad, como tan conmovedoramente nos ayudó a comprender
Silvia Bleichmar", recuerda Mariana Wikinsky (revista Ñ, 22 de agosto)

Me acuerdo de S. Bleichmar, su visión sobre el hombre y la niñez,
tan humanizada y orgánica.
En todo momento siento desplegar mil ojos a mi alrededor.
No se puede vivir en una isla encapsulado, ni anestesiado.
La felicidad personal es parte de la trama colectiva, lo mismo
que todo estado.
Finalmente son pequeños momentos cada experiencia
una constante dejarse afectar
y un aprendizaje para poder ser
más allá de todo lo que no deja de pasar
.

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