En la vida uno no se puede quedar con todo ni tener de la forma que se quiere, aquello que se desea tener. No se puede con todo a la vez.
El corazon es un espacio donde tambien se atesora lo amado.
Casi como si uno pudiera poner las perdidas mas profundas en la casilla del orden
del recuerdo, y alli, como en los espacios sagrados, en los rituales antiguos, mantener
una ofrenda y un fuego encendido.
Y es ahi donde uno regresa en las noches, durante el silencio a encontrarse consigo mismo, ahi donde ese espacio sagrado nos recibe abrazandonos con el amor que entonces sentimos. Un amor que no muere ni desaparece. Un amor nutritivo, brillante, como solo el lo es. Suave como los brazos en cuna, tierno, el mimo acariciandote.
Al final no hay perdidas. Hay un reordenamiento, donde la realidad
son otras dimensiones tambien posibles de habitar, espacios virtuales que al tacto
no existen pero se despliegan como una pantalla permitiendonos interactuar.
Ahi pueden existir los que dia a dia no conviven en nuestro mundo, pero que por alguna
razon, y cada uno sabe cual es, en algun otro momento tocaron la fibra del amor en nosotros y ese sentimiento, que no deja de latir, siempre estara vivo.
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