19.10.10

El silencio en la mina

La Catedral de la sal, en Bogotá, es una mina particular. Nunca pensé que visitaría una, en especial porque los lugares cerrados me producen cierta claustrofobia.
El programa con Montse y Andrés era visitarla, a lo que accedí sin analizarlo demasiado.
EN este caso es una mina de sal convertida en catedral, un espacio particularmente bello y místico.
Figuras conviven en medio del silencio profundo de la tierra.
Pasajes que derivan en sitios abismales, de una inmensidad que no se puede tocar ni alcanzar por medios propios.
Tuvimos nuestros momentos, sensaciones de encierro, sorpresa, grandeza. Cada nuevo espacio transitado develaba su propio misterio, todo impregnado de los brillitos que en las paredes se dejaban ver con las luces que el hombre puso.
El silencio allí contrasta de manera absoluta con el ruido del mundo.



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