Un lugar en el mundo

Me siento enojada. Enojada por el pasado y el presente. Me enojo por todo. Mi enojo fundamental es por algo: yo tenía ganas de volar, de andar el mundo, de peregrinar, de vivir lo sagrado, de escribir y disfrutar al máximo. Y de repente, o mejor dicho desde siempre me di cuenta cuando que eso no había sucedido.
Soy un pájaro atado a una pesada roca. Cuanto dolor para sus alas. Y descubro un mundo cruel, tremendamente desigual, profundamente sufriente. Bello pero dividido, donde unos miran a otros pasar/pasear-se en su ostentosa existencia. Estoy enojada porque me siento entre dos mundos, aquel al que en alguna medida pertenezco y no, aquel otro al que no puedo dejar de ser sensible. Mirar el mundo es sumamente difícil, por eso tantos no escapan jamás de su isla. No pretendo querer entenderlo, creo es imposible. Simplemente encontrar un lugar desde donde ser sea posible.