2.3.11

El cisne negro

Mas allá de los oscares, de los cuales estoy casi nada conectada ( me entero al día siguiente que ya pasaron y muy de vez en cuando registro cuales son las películas nominadas) esta vez celebro que Natalie Portman haya ganado como mejor actriz. Hablando en criollo, se paso con el “papelito” que protagonizo.

La película, a mi criterio fantástica, tiene un renglón claro y una entrelinea fascinante. El primero es el mundo de los bailarines, sus exposiciones, miradas, celos, envidias, disciplina férrea, el narcisismo de estar ahí siendo ad-mirado, halagado, ese parecer una criatura etérea con dejo celestial (mas que nada en el área de lo clásico). Honestamente me aburren bastante. Creo que si un bailarín no se sabe-siente, instrumento de la danza dejándose atravesar por la fuerza de la vida movimiento para expresarla, el resto es una suma de muchas cosas que empañan el instrumento. Como esta película muestra, la perfección de la técnica se puede alcanzar con disciplina y esfuerzo, pero el alma puede quedar ahí, tan congelada como siempre.

Por otro lado la entrelinea, el guion oculto detrás del desempeño académico de Nina (NPortman). Una madre voraz, una hija absorbida por ese deseo, colapsada. Esa hija a la cual el éxito le llego desbordándola, como recibir de regalo un BMW ultimo modelo pero tirado desde el piso mas alto del edificio, aplasta destruyendo. Nina no tenia estructura para soltar, dejar salir lo oscuro sublimado en el arte. Cuando lo intento ya no había límites, solo el delirio que termino matándola.

Una película que deja ver la delicada línea entre ser uno y dejarse devorar por el otro hasta perder la integridad. Una muestra sobre el ilusorio deseo de perfección, que se opone por naturaleza a la vida desprolija, incierta, cíclica.

Quien no la vio, que no lo dude!

No hay comentarios: