La revista Ñ presentó una entrevista a Ballard, escritor, introduciéndolo como "un narrador que predijo los más oscuros escenarios del mundo posindustrial".
Ballard encarna la idea de como el a través del arte se puede vivir el mundo, y hasta predecirlo.
Marcado con una infancia dura (como tantos artistas que a través del arte se re-toman a la vida) y una paternidad-maternidad sobre tres hijos asumida luego de la muerte de "su" compañera. Expresando que esta experiencia con sus hijos nutrió una vivencia de infancia hasta entonces desconocida por el mismo.
Ballard aporta desde su escritura una visión por sobre lo que será y fue antes de que suceda.
Me resuena : Fue el iconoclasta de la ciencia ficción. Rechazado, admirado y vanamente imitado, propuso explorar un ambiguo "espacio interior" en lugar del espacio cósmico".
Explorar el espacio interior como territorio donde todo es posible.
Dicen que siempre vivió en la misma casa en un suburbio de Londres, sin internet y escribiendo a mano explorando con el motor del espíritu, que no necesita de actualizaciones.
En la introducción a Crash, una de sus novelas, habla del siglo XXI donde la enfermedad principal será "la muerte del afecto"
Y que nada de lo creado por el hombre en torno a la tecnología podrá detener la caída hacia el aburrimiento y el conformismo.
¿Será esta predicción otro de sus aciertos?
¿Irá la humanidad declinando en sus afectos?
Pienso que los afectos por si solos no mueren, pero si empiezan a quedarse dormidos en cuerpos alienados y fríos. No creo que vaya a haber desabastecimiento de Amor, ternura, caricias, pero si coincido en la idea que hay que estar atentos, a no andar sonámbulos por ahí, que la capacidad de sentir esos afectos nos hace inmunes a los presagios de esa muerte anunciada.
Natalia S.
No hay comentarios:
Publicar un comentario